Apenas apunta el amanecer
y ya estamos entre aguacates
girasoles y paredes de madera
que sostienen libros y revistas
apenas oigo el pajaro
y ya estoy de regreso
y dan las cinco
o las ocho que se yo
y llega la noche
y veo la luna
y la toco con mis dedos
y ya no me muerde como antes
ultimamente la luna
se comporta como un diosa