18/11/08

Gabriel Jiménez Emán

PEQUEÑA ANTOLOGÍA POÉTICA


MI QUERIDA CERVEZA

Siempre sueño ir nadando en una gran cresta de cerveza
desenfundo mi arma en pleno oleaje
y siento la espuma, música plena en mis orejas
pero no soy capaz de disparar
estaría hiriéndome al despertar
como el desesperado cuando la marea se levanta
juntando sus manos en la única súplica
la de entenderse con los muertos
y volar en pedazos el día menos pensado

No he podido encontrar muerte más bella
que la de suicidarme con cerveza
el gran secreto del oro de copas
atravesando mi garganta como una saeta
dulzura de ojos vacíos
Poesía
De noche inmensos chorros de cerveza
salen sin piedad de la tierra
arrastrándome a rincones
donde se pierde toda la vergüenza del mundo
mujeres funerarias salen de los confines
a besarnos, a morder nuestros labios en camas apagadas
con todo el silencio que destila el amor
en la gentil pornografía
riendo con ganas de la vida, como si regresando a nuestra casa
hubiésemos dejado herido el horizonte
varias gaviotas muertas y un lejano sabor a cerveza
que nunca nos humilla


LAS MADRES

Las madres no existen.

Van de un lado a otro
y no hacen nada preciso
pero bajo sus dedos
todo ocurre.

Nunca están completamente sentadas
o de pie
y cuando se acuestan
nadie las ve.

Las madres no existen.

Sólo aparecen
o desaparecen.


ME OBSESIONA UNA IMAGEN
A Gustavo Pereira

Me obsesiona una imagen que es muchas
Es la imagen de un patio llovido
Y de unas flores tímidas.
La imagen de un niño mirando las nubes
mientras un gato duerme sobre las hojas secas.
Es una vieja imagen que me sigue
cuando abro los ojos:
veo la cara húmeda del tiempo
y sueño, dentro de la hamaca,
con los inviernos rotos.

Mientras tanto
mi cuerpo cumple su destino de cuerpo
por estos arrabales, va por antiguas callejas
reconociendo fachadas en su paseo nocturno.
Entra el cine, al bar. Y bebe su ron solitario.
Tantas veces vine, tantas veces fui
buscando esa Nada, sin saberlo.


HE VISTO

He visto desde mi ventana cómo entra la noche con relámpagos ciegos a descomponer el sueño.
He visto cómo un automóvil se estrella y sale humo de la boca de los sobrevivientes
He visto cómo raptan a una actriz de la entrada de su edificio y cómo la recogen en una ambulancia por exceso de estupefacientes
Y la he visto después resucitar en la boca de un Director de cine
He visto desde la orilla de la calle cómo aludan a una señora para sacarle el oro de los dientes
He visto a los gritos arder en el aire y las detonaciones y los policías correr como galgos detrás de una noche asesina
He visto a un amigo mío desayunarse a la nada en la mañana más lluviosa
He visto a mi imposible esposa arder sobre el pavimento con los propios hijos míos
He visto la humillación del hombre sin piernas jugando con sus monedas en plena vía pública
He visto cómo el banquero toma despacio su café para calmar la sed de su chaleco
Lo he visto todo o casi todo
He visto familias enteras descabezadas en las páginas del periódico
Y a la mafia internacional merodeando por la esquina al cuido de la última remesa
He visto a la infancia correr al amparo de un cargamento de coca para toda la eternidad
He visto desangrarse al anciano que fundó el barrio en el banco del parque de su mismo barrio mientras daba maíz a las palomas
He visto robar medio miligramo en el mercado a una señora descalza que luego destapa el contenido de su compra y no ve más que una mosca volando
He visto a la mujer más bella del mundo pasar a un centímetro de mis ojos
Y he soñado también con invitarla a una playa azulísima de arenas cálidas donde podamos besarnos con las olas
Pero luego la he visto en el mismo restorán que yo con un tipo que hacía gárgaras de gaseosa
He visto la quema de la Biblioteca Municipal para instalar allí un congreso de Endocrinología
He visto hundirse un buque en la esquina donde expenden medicinas para los desahuciados
He visto a un hombre ceñir por la cintura a su propia infancia
He visto a una mujer abofetear públicamente a su marido en el nombre del más purísimo amor
He visto todo esto con mis propios ojos con estos mismos ojos míos que hubiera querido cambiar por un confortable juego de muebles
En donde pudiese reposar de tanto arrebato
Yo nací en una montaña virgen y antiquísima y no merecía tener estas visiones
El viejo río en donde me ahogué por primera vez se encargó de salvarme y darme respiración artificial
Me di el lujo de salvarme y lucir un clavado perfecto desde una piedra lustrosa hasta el fondo de un pozo
Y volvía a estar sano y salvo para ver estas cosas que os he venido narrando
Cosas que he visto a pesar de mí
Y de esta fabulosa gaviota viajera que veo cruzar por el aire
Mientras me despido hasta una segunda oportunidad



EL BANQUETE DEL TIEMPO
A Elisio Jiménez Sierra

El tiempo, que todo lo borra.
El tiempo, que pasa frotando su mano sudorosa en los poros abiertos del día
Deja caer su humedad en los músculos trémulos del calendario
Pasa planeando en forma de avión encima de los retoños que nacen cada día sobre la tierra
Los vigila y ve con su ojo único que no parpadea
El tiempo que apenas se detiene en las puertas de viejos edificios para soplarlas
Y preguntar por familiares idos
El tiempo hinchado de su propia soberbia caza iguanas en los desiertos patos en los lagos conejos en los bosques
Y antes de devorar a los pobres animales que construyen la tierra los perdona por un día más
Va anotando en su arrugada libreta los suspiros de los amantes
Para convertirlos luego en bostezos
Los contabiliza como días o años y entonces se detiene un instante
En el rostro de los ancianos para acariciar sus arrugas

El tiempo pasa su lengua salada sobre las costillas del mar
Pudre el tronco padre de los árboles el hígado el corazón los pulmones
Sólo el cerebro se salva es el único que puede sobrevivir al horrible asalto de sus uñas
El tiempo que se derrama como una inmensa ola de vacío sobre el espacio
Y cubre el todo con la nada llena de todas las nadas
Sólo hay un hueco profundo que cae en otro y no permite más interrupciones
El tiempo entonces inocula células mortales en la espalda de la vida
Y ella responde con un grito seco que se oye en el confín de la noche
Allá donde el mar disuelve ese sonido en sus olas y murmura algo
En el oído de los marineros cuando pescan en alta mar de madrugada

El tiempo más veloz que la luz y que el cuadrado de la luz multiplicado
Por la masa de la luz podría caber en la cabeza de un alfiler
Que desplaza su energía hacia los cuatro puntos cardinales hacia el cubo de las cuatro estaciones
Te hace ganar y perder Cuenta tus pasos en la calle
Con la tenues agujas del reloj
Miras tu muñeca en tu migaja de cotidianidad para comprobar que lo tienes
Pero es sólo una ilusión
Es sólo un espejismo de tu propio sueño
Que te persigue en el día e intenta recobrar tus ojos

El tiempo líquido que se esparce en las persianas de los dormitorios
El tiempo gaseoso que deja su olor de pétalos podridos en las despedidas
El tiempo mineral que te asalta a la salida de los cines
En donde has intentado matarlo en la infancia
Luego ya hombre en los libros y las mujeres
Y en las interminables bocanadas de humo de tabaco que has aspirado en las fiestas
Y en los tragos de alcohol que te acercan cada día a la locura
Pero no puedes no puedes
El tiempo se mete en tu cama para hacerte su hipócrita compañía
Y apenas logras deshacerte de él durante el espejismo del sueño
Le sacas le empujas le llevas hasta la puerta y lo pateas muy lejos
Y el regresa en forma de sobre de correos deslizándose bajo la puerta
Te sube por los zapatos te lame el tobillo y te da un coscorrón
Para que despiertes de la modorra del espacio
Mantiene una sucia pelea con la eternidad donde luego después terminan abrazados
Y la eternidad llora como una muchacha desengañada cuando lo ve alejarse
Detrás de las nubes del horizonte

Más tarde se vuelve un gas para corporizarse en forma de mujer
Que te invita a que le invites una cena
Aceptas finalmente la invitación y te sientas a la mesa a compartir el banquete
Ves cómo caen los días convertidos en migajas desde el borde de la mesa
Y no puedes contener tu lágrima miserable

Haces la triste sobremesa
Hasta puedes oír un valse de Chopin
Y luego duermes
Duermes para recuperarte del embotamiento de la vigilia
Y los sueños te otorgan esa mínima recompensa
De interpretar algo intraducible
La intuición te conduce por los laberintos de las imágenes
Hasta demostrarte que tu inteligencia no sirve para mucho
Excepto para una cosa: para matar el tiempo
Matarlo olvidar que existe que está ahí
Con su boca presta a lamer el resto de paz que aún te queda
Te llama por teléfono a diario para cobrarte tu cuota de deber
De hacer algo que permanezca para que él te justifique
Para que tu memoria no quede sepultada en el tedio de la eternidad
Tarde o temprano se va a hacer tarde
Temprano o tarde se va hacer demasiado temprano
Temprano o tarde va a ser tarde para llegar a la hora justa
He ahí el dilema
Mientras tanto los aviones se mueven en los hangares como moscas en la mesa del banquete
Los barcos en las bahías parecen cruces en el camposanto
Los automóviles cápsulas ingeridas por los barrancos
Vayas o no tú en ellos da lo mismo
Has ido y has venido y has aguardado ese instante
En que la amada te abría los brazos como una aurora
Y has visto en los ojos de la hija un resplandor rubio
Que te habla del fragante sueño de la juventud
O bien tu madre te despedía con sus ojos casi ciegos
Y te decía hijo mío aprovecha bien el tiempo

Tu madre tu mujer tu hija y tú mismo que eres tu propio padre y tu propio hermano
Son parte de este gran banquete al que asistimos desde siempre
Sin haber sido invitados


GABRIEL JIMÉNEZ EMÁN (Caracas, 1950). Escritor venezolano destacado por su obra narrativa y poética, la cual ha sido traducida a varios idiomas y recogida en antologías latinoamericanas y europeas. Vivió cinco años en Barcelona de España y ha representado a Venezuela en eventos internacionales en Atenas, París, Nueva York, México, Sevilla, Salamanca, Buenos Aires, Santo Domingo y Ginebra. En el terreno cuentístico es autor de varios libros entre los que destacan Los dientes de Raquel (La Draga y el Dragón, 1973), Saltos sobre la soga (Monte Avila, 1975), Los 1001 cuentos de 1 línea (Fundarte, 1980), Relatos de otro mundo (1988) Tramas imaginarias (Monte Avila, 1990), Biografías grotescas (Memorias de Altagracia, 1997), La gran jaqueca y otros cuentos crueles (Imaginaria, 2002), El hombre de los pies perdidos (Thule, España, 2005) y La taberna de Vermeer y otras ficciones (Alfaguara, Caracas, 2005). Ha recibido, entre otros reconocimientos, el Premio Municipal de Narrativa del Distrito Federal, el Premio Romerogarcía de Narrativa del Consejo Nacional de la Cultura y el Premio Nacional de Narrativa Orlando Araujo, Premio Nacional del libro de Venezuela 2004 por la Coordinación Editorial del libro Estudios grecolatinos, de Elisio Jiménez Sierra, otorgado por el Centro Nacional del Libro; y el Premio Solar de Ensayo de la Fundación de Cultura del Estado Mérida con el libro El espejo lúcido (2007). En el campo novelístico es autor de La isla del otro (Monte Avila, 1979), Una fiesta memorable (Planeta, 1991), Mercurial (Planeta, 1994), Sueños y guerras del Mariscal (Comala, 2001; Ediciones B, Bruguera, 2007), Paisaje con ángel caído (Imaginaria, 2004) y Averno (El Perro y la Rana, 2007). Sus libros de ensayos literarios son Diálogos con la página (Academia Nacional de la Historia, 1984), Provincias de la palabra (Planeta, 1995), Espectros del cine (Cinemateca Nacional, 1998), El espejo de tinta (Fondo Editorial Ambrosía, 2007) y Una luz en el camino. Fundamentos de ética para adolescentes (Biblioteca Básica Temática, Caracas, 2004) y El contraescritor (Editorial El perro y la rana, 2008).
Como poeta es autor de los libros Materias de sombra (Premio Monte Avila de Poesía, 1983), Narración del doble (Fundarte, 1978), Baladas profanas (La oruga luminosa, 1993) y Proso estos versos (Círculo de Escritores de Cojedes, 1998), Historias de Nairamá (Fondo Editorial del Caribe, 2007).
Ha sido profesor invitado en los talleres literarios de la Universidad Central de Venezuela y la Universidad de los Andes, donde estudió varios años. Actualmente, en las Escuelas de Letras de la Universidad del Zulia y de la Universidad de Carabobo se realizan tesis de grado sobre su obra. Ha dictado conferencias en el Primer Congreso Internacional de la Lengua Española (Zacatecas, México, 1997), la Universidad Internacional de Andalucía (La Rábida, 1998), la Universidad de Nanterre (París X, noviembre de 2001) la Universidad de Salamanca (España, noviembre 2002). Ha trabajado como editor, coordinador y jefe de Información o Redacción en las siguientes instituciones: Revista Imagen (Conac); Ministerio de Relaciones Exteriores; Venezolana de Televisión; Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos; Dirección de Literatura del Consejo Nacional de la Cultura (CONAC); Director de la Casa de la Poesía de la Universidad Yacambú (Barquisimeto). Diplomado Internacional en Participación Ciudadana y Democracia Participativa (Duración 100 horas) por la Organización de las Naciones Unidas en Venezuela (Valencia, 2008). Ha realizado una amplia labor como investigador y antologista, entre cuyas obras se encuentran: Relatos venezolanos del siglo XX (Biblioteca Ayacucho, 1989), El ensayo literario en Venezuela (La Casa de Bello, Caracas, 1988), Mares. El mar como tema en la poesía venezolana (Banco Unión- Ateneo de Caracas, Premio ANDA, 1990), Ficción Mínima. Muestra del cuento breve en América, (Fundarte, Caracas, 1996), y antologías literarias con sendos estudios sobre Víctor Valera Mora (Fundarte, 1987), Luis Fernando Alvarez (Monte Avila, 1984), John Lennon y Bob Dylan, dos trovadores del siglo XX (Fundarte, dos ediciones, 1979 y 1991), Brian Patten (Fundarte, 1978), Baica Dávalos (Entreverado, Fundarte, 1979), José Lezama Lima. Pequeño Homenaje (Revista Poesía, Valencia, 1980) Ludovico Silva (Clavimandora, Academia Nacional de la Historia, 1992), Vicente Huidobro (Altazor, Monte Avila, 1994). Es traductor de poesía de lengua inglesa y editor independiente. Dirige la revista y las ediciones Imaginaria, dedicadas a lo inquietante y lo fantástico. Es colaborador de los principales diarios y revistas venezolanos, donde escribe artículos de opinión y ensayos sobre cine, arte y literatura. Actualmente dirige la Cátedra Nacional de Literatura y Humanismo (CANAL), fue Coordinador de la Plataforma del Libro y la Lectura (Ministerio de la Cultura) en el estado Yaracuy, es miembro de la Junta Directiva del Red Nacional de Escritores de Venezuela y Director General del Gabinete Ministerial de Cultura en el estado Yaracuy.

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